La nueva revolución rusa
El mundial más tecnológico de la historia
Por Sebastián Bramante (*)
La vigésimo primera edición del mundial de fútbol organizado por la FIFA, que tendrá lugar en Rusia desde el 14 de junio al 15 de julio de 2018, se caracteriza por las innovaciones tecnológicas que se podrán percibir incluso antes que comience a rodar la pelota por primera vez, cuando se enfrenten la selección local contra su par de Arabia Saudita, en el Luzhniki de Moscú.
No resulta exagerado afirmar que este torneo que disputarán 32 selecciones marcará un antes y un después, no solo en la historia del fútbol, sino también en la manera en la que se transmitirán los partidos, las medidas de seguridad que implementará el gobierno de Vladímir Putin y hasta en las costumbres y obligaciones que tendrán que adoptar quienes viajen a ver los partidos de la cita máxima del fútbol.
La utilización de un sistema de videos para que los árbitros impartan justicia deportiva, el reemplazo del pasaporte por un soporte tecnológico que servirá para identificar a las personas de una manera más ágil y eficaz, la transmisión de los encuentros con tecnología prácticamente desconocida aún para la mayoría de los televidentes, y una pelota que ya no sólo será una pelota, son algunas de las “excentricidades” tecnológicas que se podrán percibir cuando comience el juego, que se desplegará por los 12 estadios que serán anfitriones de los 64 partidos.
Por primera vez en un mundial los árbitros podrán parar el juego para revisar las jugadas y decidir un fallo. La implementación del sistema de videoarbitraje (VAR por sus siglas en inglés) permitirá que el juez del partido pueda visualizar en un televisor acciones como penales, goles, tarjetas rojas y fuera de juego, y recién después tomar una decisión acerca de lo que va a cobrar.
El VAR consiste en un conjunto de cámaras que se retransmiten en una sala apartada donde son visualizadas por asistentes del árbitro principal. Su utilización puede ser solicitada por el árbitro o por sus ayudantes si perciben una jugada dudosa que merezca ser vista nuevamente. En ese caso, el juez indica, gesticulando un televisor con sus manos, que detendrá el partido para ver la acción de juego elegida.
Este mecanismo ya ha sido probado en partidos oficiales y ha despertado discusiones y polémicas, no sólo entre quienes afirman que “desvirtúa la esencia del deporte” sino también por protagonistas que han afirmado que su uso discriminado los ha perjudicado.
Una transmisión cuatro veces superior
Atentos a la masividad de televidentes que alcanza un torneo mundial de fútbol, las empresas cable operadoras aprovecharán la ocasión para instalar la transmisión en calidad ultra HD-4k, que multiplica por cuatro la cantidad de pixeles de una pantalla de alta definición, es decir, mejora cuatro veces la calidad de la imagen.
La compañía estatal rusa Rostec será la que enviará la señal de 4K al resto del mundo, y por ejemplo en Argentina hay empresas que anunciaron que transmitirán todos los partidos en esa calidad, para lo cual sus clientes deberán adquirir un decodificador especial y contar con un televisor que soporte este formato.
Cada partido que se juegue en las once ciudades rusas que serán sedes del mundial va a ser cubierto por 37 cámaras de las cuales ocho contarán con salida dual UHD/HDR y 1080p/SDR y otras ocho con salida dual 1080p/HDR y 1080p/SDR.
También funcionarán ocho cámaras súper lentas, dos ultra lentas, una cámara aérea cablecam y una helicam Cineflex que, según indicó la FIFA, garantizarán la mejor calidad de imágenes desde todos los ángulos en todos los estadios.
Sin chip no pasás
El gobierno ruso implementará un sistema conocido como Fan ID, mediante el cual se podrá conocer la identidad de los turistas sin necesidad de que muestren su pasaporte, ya que alcanzará con que un escáner apunte al Fan ID para conocer los datos de su portador.
Esta novedosa identificación posee un chip en su interior, y será indispensable llevarlo para poder ingresar a los estadios. Además, servirá para atravesar los controles aduaneros y permitirá a los turistas que lo lleven colgado los días de partidos viajar gratis en los trenes hacia los estadios y en cualquier medio de transporte público.
Nikolái Nikíforov, ministro de comunicaciones ruso, afirmó que la credencial “permite realizar un control físico mucho más rápido, porque con apuntar un láser sabemos teóricamente todo sobre la persona y así evaluaremos el nivel de riesgo”.
El mismo chip que lleva la tarjeta de identidad está asociado con tecnología de reconocimiento facial, por lo que en los estadios y en sus adyacencias se podrá identificar de una manera más simple a los hinchas. “La cámara podrá reconocer fácilmente a cualquier simpatizante que esté en una tribuna. Si alguien lanza una bengala o provoca una pelea, un policía sin problemas detectará la identidad del fanático”, contó Vasili Brovcó, presidente del directorio nacional de informatización ruso.
Un chip en la pelota
La Telesar 18, pelota oficial del mundial de Rusia 2018, tiene en su exterior un diseño retro que reedita las usadas en los mundiales de México ´70 y Alemania ´74, y “exhibe una nueva carcasa, la tecnología más novedosa y elementos sostenibles como su embalaje reciclable”, la describen desde la empresa que la fabrica.
La pelota utiliza una tecnología NFC (Near Field Communication), que permite a los aficionados que la compren interactuar con el balón mediante el chip que tiene dentro y su celular. Sólo es necesario acercar el teléfono al chip para poder obtener mayor información acerca del esférico, que además permitirá afrontar distintos desafíos como patear penales, tiros libres y dar pases.
En fin, sin dudas este mundial trae más incertidumbres que las habituales, como por ejemplo quién será el campeón, el goleador del torneo o el mejor jugador. Los análisis, una vez que concluya el partido final que se jugará el 15 de julio en Moscú, también deberán enfocarse en saber si fue positiva o no la implementación del videoarbitraje, de las identificaciones electrónicas e incluso hablarán hasta de la pelota chipeada.
(*) Periodista