Nuevas tecnologías vs. COVID-19

La información como herramienta para combatir la pandemia

Por Sebastián Bramante

Desde que un algoritmo canadiense descubrió la existencia de una “extraña epidemia de neumonía” en la ciudad china de Wuhan, incluso antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara al mundo acerca del peligro del nuevo coronavirus, el uso de las nuevas tecnologías como la big data y la inteligencia artificial adquirieron un rol preponderante en la batalla contra la pandemia que amenaza la vida de millones de seres humanos a lo largo y a lo ancho del planeta.

Gobernantes, científicos y médicos se valen de herramientas tecnológicas que permiten, por ejemplo, acceder a datos acerca de quiénes padecen el COVID-19, en qué zonas se manifiestan una mayor cantidad de casos y hasta de qué manera implementar el aislamiento social.

Conocidas –y muchas veces criticadas- por haberse convertido en las herramientas preferidas de empresas que las utilizan para obtener datos de posibles compradores, que gentilmente obsequian información personal vía redes sociales, las nuevas tecnologías también son señaladas por ejercer un papel fundamental cuando son implementadas para la manipulación de las personas e inducirlas, por ejemplo, desde a quién votar en una elección presidencial o hasta qué marca de zapatillas adquirir.

En lo que respecta a la lucha contra el COVID-19, cuando recién comenzaba a conocerse la enfermedad y el mundo se disponía a enfrentar al “enemigo invisible”, el mismo algoritmo que informó sobre su existencia –el BlueDot- sirvió para identificar los lugares del mundo a los que se trasladarían los posibles infectados, e incluso para predecir cuándo lo harían, analizando datos globales de emisión de pasajeros aéreos. 

En el continente asiático, distintos países han implementado una aplicación que podía descargarse en teléfonos celulares, mediante la cual quienes tuvieran síntomas de haber contraído el virus podían informarlo, solicitar que se les realizara el test para comprobar si estaban enfermos o no, y el estado podía saber en qué lugares se reportaban los casos, y si esas personas cumplían efectivamente con el aislamiento necesarios para evitar la propagación de la enfermedad.

Esta metodología, aunque en menor medida, también se pone en práctica en Argentina, donde se desarrolló la aplicación COVID-19 Ministerio de Salud, la cual puede ser descargada voluntaria y gratuitamente en dispositivos Android y Apple.

La misma tiene un funcionamiento similar a la utilizada en países como Corea del Sur y China, y mediante su uso una persona puede realizar un auto diagnóstico, y, en el caso de que el resultado sea sospechoso de ser positivo, se le indicará qué pasos seguir. 

También, quienes descarguen al app deben compartir los datos de geolocalización de su teléfono, lo que permitirá al Estado la detección de zonas con muchos contagios, y si la persona que contrajo la enfermedad respeta la cuarentena obligatoria a la que se debe someter para evitar la propagación de la enfermedad. 

En fin, resultan infinitos los fines para los cuales se pueden aplicar las nuevas tecnologías a fin de darle batalla a esta nueva pandemia que acecha al mundo, aunque, de momento, el cálculo más adecuado que hemos advertido nos dice que cuanto más se respete el aislamiento social, más posibilidades tendremos de evitar el contagio y de esa manera preservar la mayor cantidad de vidas posibles.    

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