Tecnosexo

Pandemia, Sexo y Tecnología

 

 

Cómo se satisface el deseo sexual en plena pandemia Covid-19

 
Por Alberto Hilal (*)

Estamos convencidos que ha cambiado la forma de relacionarse sexualmente para una parte de la sociedad, y que el uso intensivo de la tecnología, trae consecuencias. Detrás de este cambio brutal hay ideología

El órgano sexual más poderoso del cuerpo humano es el cerebro, cuyo papel es fundamental en la actividad sexual. En primer lugar, el deseo sexual se origina en el hipotálamo y también es el encargado de liberar la dopamina causante del placer orgásmico. En éste sentido las pantallas se han convertido en uno de los estimulantes más poderosos, en las mismas se pueden encontrar todo tipo de contenidos para enloquecer nuestros ratones.

En el número de septiembre de 1960 de la revista Astronautics, Manfred E, Clynes y su coautor Nathan S. Kline, ambos de la Universidad Estatal de Rockland propusieron el término Cyborgs.

Dice Donna Haraway en su Manifiesto Cyborg, que éstos son al mismo tiempo animal y máquina, que viven en mundos naturales y artificiales, que la medicina practica el acoplamiento de organismos y máquinas. Su reproducción orgánica no precisa acoplamiento. Ve la imagen del cyborg tanto en la ficción como en la realidad, de nuestra sociedad contemporánea. Ella usa el ciborg como una metáfora que describe nuestra "realidad social y corporal". La imagen del cyborg, para Haraway, también simboliza la destrucción de los límites tradicionales, por lo que el cyborg se convierte en un importante símbolo político de liberación, pero también es un símbolo de "posibilidades peligrosas"

Las pantallas se han convertido en parte esencial de la vida contemporánea, especialmente el smartphone, que nos acompaña 24 horas al día y en la mayoría de los casos duerme junto a nosotros velando por nuestros sueños.

El año 2020 sacudió al mundo entero el Covid-19, una pandemia que no parece tener límites y no distingue entre clases sociales ni etnias. Los estados han tomado políticas diferentes, pero al parecer, esto es una noticia en curso, el remedio más exitoso es el aislamiento social. Entonces las pantallas de nuestros dispositivos se han convertido en la vía de comunicación con el mundo exterior a nuestros hogares.

Las pantallas, quizás sea hoy el lugar donde nuestras fantasías se ven potenciadas, por el anonimato o por vínculos lejanos que a falta del tacto, gusto y olfato deben apelar a otros sentidos para estimularse sexualmente.

En nuestro país, en el marco del aislamiento social por el Covid-19, todas las mañanas, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Alejandro Costa, convocan a especialistas para brindar información sobre distintos aspectos vinculados a la pandemia. El viernes 17 de abril de 2020, el médico infectólogo José Barletta dio recomendaciones para evitar la transmisión del virus en relaciones sexuales, con personas con las que no se convive. Recomendó apelar a las videollamadas, el sexo virtual y el sexting y recomendó específicamente lavarse las manos después de la masturbación y desinfectar teclados, pantallas y juguetes sexuales una vez concluido el acto.

Si bien los antecedentes de los juguetes sexuales datan de 23000 AC en la cueva de Hohle Fels, en Ulm, Alemania, a partir de la revolución digital, ya nada es como antes y los juguetes sexuales han incorporado una tecnología inimaginable. pueden ofrecer estimulación por vibración, cambios de formas, succión, control remoto, programables en función de una playlist de la música favorita, para ser accionado por una pareja virtual, a distancia, con el smartphone. Los juguetes sexuales, se compran mayormente por internet, vía el smartphone o la computadora.

Quizás, algunos estamos viviendo un mundo posthumano, debido a un cambio radical por desarrollo tecno-científico que permite la integración de tecnologías convergentes. Nos hemos convertido en Cyborgs, los artefactos digitales son fundamentales para el conocimiento, información, medicina y ahora también para el placer.

Al parecer toda esta revolución, no hace más que contribuir a protegernos de la pandemia global, pero nos arroja a la soledad de nuestras pantallas y a la insatisfacción existencial.

(*) Artista Visual y Docente. Autor de la ilustración de portada.

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