INTERNET: SOLO EEUU ES SOBERANO

 3-La era del Big Data

Y un tercer elemento. El más reciente estudio sobre Comunicación Estratégica en América Latina, el Latin American Communication Monitor del 2017, que consultó a casi mil profesionales de la región, vaticina que la variable fundamental con la que se gestionarán los procesos comunicativos en nuestro continente, es el Big Data. No hay otro modo de llegar a los grandes públicos dispersos y fragmentados en esta era de la masificación de los medios.

El Big Data –que es aquella capacidad de procesar datos que solo tienen las máquinas- y la Inteligencia Artificial permiten a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones. Solo las grandes empresas están en capacidad de saber más de nosotros que nosotros mismos y lo más preocupante, tal situación revela lo fácil que está siendo convertir a las cacareadas democracias en dictaduras de la información dispuestas a encerrar a cada ciudadano en una burbuja observable, parametrizada y previsible. La política se ha convertido en tecnopolítica. Los partidos políticos son empresas que compiten en un mercado de los votantes y que capitaliza en las urnas, de acuerdo con el poder de procesamiento de la información, como hemos visto en la campaña de Donald Trump.

A partir de algoritmos que han probado que con 100 likes de una persona en Facebook se puede predecir su orientación sexual, sus opiniones religiosas y políticas, su nivel de inteligencia y de felicidad; que con 250 likes, se puede adivinar el resultado de un test de personalidad mejor que como lo haría la pareja del individuo, y que con unos pocos likes adicionales, se puede saber más de una persona que ella misma, la compañía Cambridge Analytica construyó un perfil psicométrico personal para cada adulto de EEUU, a través de bases de datos comerciales y análisis de redes sociales. Su herramienta le permitió a los expertos de la campaña de Donald Trump monitorear los datos de 210 millones de estadounidenses y ajustar los mensajes exactamente a los intereses y gustos particulares de cada individuo, proporcionando así el margen clave para la victoria del republicano.

Desde tiempos inmemoriales, la autoridad política ha estado estructurada de manera que, hacia dentro, unos pocos han gobernado a otros muchos mientras que, hacia fuera, el sistema internacional se ha organizado de forma jerárquica con un pequeño centro de poder y una gran periferia. En los dos casos, la dominación se ha basado en la superior capacidad tecnológica. ¿Por qué iban a ser las cosas diferentes ahora en “el imperio de la vigilancia”, como llama a este estado de cosas Ignacio Ramonet?

 ¿Qué hacer?

He tratado de enfocar mi intervención en temas en los que, desgraciadamente, todavía están lejos de los debates profesionales y de los programas de los movimientos progresistas en América Latina. Sobran los discursos satanizadores o hipnotizados de la Sociedad Informacional, pero faltan programas para intervenir en las políticas públicas y para generar líneas de acción y trabajo definidas que ayuden a construir un modelo verdaderamente soberano de la información y la comunicación en nuestro continente.

Todavía no se ha logrado concretar en la región un canal propio de fibra óptica, que fue un sueño de UNASUR y sigue siendo una asignatura pendiente en América Latina. No tenemos una estrategia sistémica y un marco jurídico homogéneo y fiable que minimice el control norteamericano, asegure que el trafico de la red se intercambie entre países vecinos, fomente el uso de tecnologías que aseguren la confidencialidad de las comunicaciones, preserve los recursos humanos en la región y suprima los obstáculos a la comercialización de instrumentos y servicios digitales avanzados que producimos en nuestro patio.

Debería ser una cuestión clave en los debates políticos y profesionales sobre comunicación, y particularmente, en aquellos donde se discutan la equidad y el desarrollo. Creo que FELAP puede y debe involucrarse en este esfuerzo e impulsar redes de observatorios que, además de ofrecer indicadores básicos y alertas sobre la colonización de nuestro espacio digital, permitan recuperar y socializar las buenas prácticas de uso de estas tecnologías y las acciones de resistencia en la región, a partir de la comprensión de que él éxito o el fracaso frente a estas nuevas desigualdades depende de decisiones políticas.

Como advertía un compañero en el magnífico video de esta mañana, necesitamos reivindicar la lucha individual para mantener un pensamiento crítico, preservar los datos personales y encriptar los mensajes… Y deberíamos también luchar por una Carta universal que dé garantías jurídicas a nuestros derechos en Internet, como reclama Ignacio Ramonet en su libro más reciente.

Ernesto Vera, presidente de honor de la FELAP y de la UPEC, que tan hermoso homenaje ha recibido de este Congreso, nos llamaba a unir la verdad dispersa como oposición a la mentira organizada. Pero no olvidemos que la mentira nunca viaja sola y ahora el control y la manipulación, sus eternos compañeros, tienen un poder inaudito en el universo digital que asusta a quien no lo comprende.

El poder tecnocientífico es una nueva modalidad de poder y no deberíamos entretenernos con las Arcadias ideales. Pero sí podemos pelear, aprender a lidiar con este mundo y resistir. Juntos.

 

(*)Periodista cubana. Dirige dos conocidos sitios en internet, Cubadebate y Antiterroristas.cu. Integra la directiva de la Unión de Periodistas de Cuba y es Vicepresidenta de la Felap, Federación Latinoamericana de Periodistas.
 

 

 

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