"LOS MISMOS ENEMIGOS DE SIEMPRE" - El regreso de las profecías milenaristas

              

Economía digital: Promete mucho más de lo que da

PXXI -¿Las empresas serán vistas en la economía y en la sociedad digital como las mayores “armas de destrucción masiva de empleos” cuando son el principal agente creador de riqueza y empleo?

CMN - Este enfoque, por radical, resulta absurdo, pues tiende a enfatizar lo que se pierde, relegando lo que se gana. Pero el gran desafío sí es muy real, no es pura ciencia ficción económico-social. Por eso es necesario no dejarse llevar por los alarmismos y profecías que muchos nos quieren vender (algunos pagados con millones de dólares), y atender a los datos científicos, a la realidad, no a los “prejuicios ideológicos”. Como el prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) acaba de desvelar, la economía digital promete mucho más de lo que da  
                       

De la revolución digital a la revuelta neoliberal

PSXXI -¿Por qué la introducción de nuevas tecnologías, aunque ya no tan nuevas, o la convergencia tecnológica deberían omitir normas o leyes protectivas del trabajador, de acuerdo a las políticas más extendidas de los grupos económicos y empresarios?

CMN  -Como siempre, es una estricta cuestión de costes, pero no sólo. También es una cuestión ideológico-política. A la denominada “revolución digital” se está sumando la “revuelta neoliberal”, que aprovecha las crisis y los cambios para imponer sus leyes de la oferta y la demanda, haciendo de todo bien -también del trabajo- un mercado económico. Puede comprobarse este aserto con el siguiente dato. Como señala con precisión estadística el referido estudio del MIT apenas citado, las Cinco Grandes Corporaciones de la Economía Digital (Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook,) apenas alcanza medio millón de trabajadores a jornada completa en Estados Unidos. Casi la mitad de esos trabajadores son empleados de Amazon, pero en puestos de trabajo de almacén que requieren poca cualificación y por lo tanto, asociados a salarios bajos. La cifra es muy inferior a la del número de empleados que tenía General Motors en 1979, cuando la fuerza laboral estadounidense era mucho más pequeña. Asimismo, la digitalización es la razón por la que Tesla Motors, número 31 de la lista de las 50 Empresas más Inteligentes de 2017, vale más que General Motors (GM), aunque vende e ingresa mucho menos, por lo que crea menos empleo. Necesitan, pues, de bajos salarios para poder mantener sus ventajas competitivas, ofreciendo a los consumidores -grandes beneficiarios también de estos procesos, aunque les perjudique en su faceta de trabajadores- un número creciente de nuevos servicios y productos a bajos precios.
Como se dice en ese Estudio, el sector de las tecnologías de información y la comunicación (empresas de software de TI e internet, ocio y a editores de contenidos) ha experimentado un reducido crecimiento del PIB. Por lo tanto, pese a lo que se afirma mediáticamente, sólo un pequeño porcentaje de trabajadores trabajan en lo que se consideraría como una empresa digital. La economía digital, pues, si se analiza en números y no sólo en los mensajes alarmistas y proféticos que se lanzan continuamente en prensa, tampoco ha transformado el mercado laboral tanto como se esperaba, y se augura. Ni son tantos los empleos que destruye realmente, ni son tantos, tampoco, los que crea nuevos. Pero lo que sí resulta seguro, y más importante, es que la economía digital no sólo no ha creado aún una nueva generación de empleos de calidad, sino que su consolidación promueve mercados laborales devaluados y débiles.
Pues bien, pese a esos reducidos resultados, cuantitativos y cualitativos, los “gurús” de la economía (como J. RIFKIN. La sociedad de coste marginal cero. Paidós. 2014), ven en esa digitalización (internet de las cosas, le llaman), el “fin de la civilización”, dando inicio (alumbrando) a una nueva “gran transformación socio-económica” y cultural, entre cuyas consecuencias estará el “fin del trabajador asalariado” y el advenimiento de un predominio del “trabajo autónomo”. Precisamente, de este proceso de eliminación de la figura del trabajador dependiente -y con derechos- por la del trabajo “autónomo” vivirían en gran medida las empresas de “economía a demanda digital”( “nube humana o crowdwork el trabajo a demanda vía apps o work on demand via apps, esto es, plataformas tecnológicas: UBER, DELIVEROO, CABIFY…).
Éstas precisan para mantenerse en el mercado y ganar cuota constante a las empresas tradicionales no sólo bajos salarios sino eliminar -formalmente- la figura del “viejo” trabajador asalariado, sustituido por el “nuevo y joven trabajador autónomo”. Por eso huyen hasta de ese nombre, hacen invisible al trabajador, llamándolo “colaborador”, “drivers”, “riders”, “contractors”. La página web corporativa de Deliveroo es un ejemplo de ello: no sólo habla de “riders”, nunca de trabajadores, sino que se presenta ilusionante como proyecto de vida, pues buscaría, para “colaborar”, nunca para “trabajar” propiamente, con la empresa, personas amantes de la ecología (que les guste ir en bici) o de la aventura( que les guste la moto). Por eso están creando numerosos grupos de presión (lobbis) para que los Estados “modernicen” sus legislaciones, eufemismo que significa que piden que asuman la nueva realidad y que creen leyes especiales para favorecer la implantación de estos nuevos modelos de negocio. Por eso sus partidarios exigen "regla de juego “ claras, que den seguridad jurídica a los inversores, pero no sobre la base de reforzar las tutelas laborales -y fiscales- clásicas, sino que apuestan porque se dé un tratamiento especial -y privilegiado- a estos nuevos modelos de negocio, bajo la cobertura de las políticas de fomento del “emprendimiento digital”. Aunque a menudo la petición de cambios específicos que faciliten su implantación se fundamentan en la ruptura de viejos monopolios (como en el sector del transporte, por ejemplo), en realidad buscan arruinar a estos para asumir su posición, pues realmente se trata de muy pocas empresas que dominan toda la actividad en el mundo. Un ejemplo de estas propuestas de favor en https://confilegal.com/20170620-que-cambios-normativos-son-necesarios-para-impulsar-la-economia-colaborativa/
 

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